¡Escucha! Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a darme consejos no has hecho lo que te he pedido. Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a decirme que no tendría que sentirme así, no respetas mis sentimientos. Cuando te pido que me escuches y tú sientes el deber de hacer algo para resolver mi problema, no respondes a mis necesidades. ¡Escúchame! Todo lo que te pido es que escuches, no que hables o que hagas. Solo que me escuches. Aconsejar es fácil, pero yo no soy un incapaz. Cuando tú haces por mí lo que yo mismo podría hacer y no necesito, no haces más que contribuir a mi inseguridad. Pero cuando aceptas simplemente que lo que siento me pertenece, aunque sea irracional, entonces no tengo que hacértelo entender, sino empezar a descubrir lo que hay dentro de mí.~
miércoles, 7 de noviembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario